Hoy retome la dieta que había empezado bastante bien 10 días antes de las Fiestas. Sé que no fue lo más coherente pero por lo menos me ayudo a cambiar un poquito los hábitos de comer. En Nochebuena por ejemplo comí como cualquier día de dieta y de la mesa dulce apenas toque un turron (que son mi debilidad), aunque sí tomé un poco más de lo que debía. Hasta ahí todo bien, pero llegado el sábado, que decidí prepararle unas pizzas caseras a mi novia, en vez de comerme dos porciones (las permitidas) me comi 4. Puedo excusarme diciendome que eran chicas y varias cosas más pero desde ahí la dieta estaba cuasi abandonada. Para la llegada de Año Nuevo ya la había abandonado por completo, pero acá estamos.
Hacer dieta nunca me costó, le pongo voluntad y el peso me responde... pero me aburre. Me aburre tener que comer todos los días verduritas o cosas que definitivamente no comería sino estuviera de dieta, pero sobre todo me joden los desayunos o meriendas. No me acostumbro a desayunar un yogurt y tampoco me acostumbro a levantarme temprano para prepararme las tostadas con mermelada que podría comer...
Vamos a ponerle pilas, que en abril se casa la primera de mis amigas, Inés, y queremos vernos bien, al menos bien, diosas sería genial!
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