Hace un tiempo atrás una amiga no paraba de repetir “Pregúntale al universo y él te responderá” Al momento, debo confesar, me parecía una huevada. ¿Acaso yo estaba dispuesta a hablar con el Universo si tenía mi propio Dios? No estoy segura si fue el paso de los años o el desgaste de mi fe, que note que no todo aquello que yo le pedía a Dios podía ser escuchado. Seamos sinceros, Dios no me iba a hacer caer el número de un dealer para esas noches cuando el faso faltaba y se hacía notar. Y así, aprendí que Dios escuchaba ciertas cosas y otras debía pedírselas al Universo.
No creo que Dios escuche estas cosas, o quizás sí, así que por las dudas, le hablaba a los dos. Desde que estamos saliendo con Liz ella siempre me hablo de la importancia de su familia, de la especial relación que tiene con sus hermanos, e incluso me los presento en alguna fiesta, pero nunca tuve la posibilidad de sentarme con ellos a charlar, a conocerlos, que me conozcan, que sepan que mi interés es genuino, o esas boludeses. Aún así, me daba vergüenza decirle a Liz que quería conocer a sus hermanos, pensaba que cuando ella sintiera la necesidad, me los presentaría, ¿o no?
Ayer a la noche, cuando ya había terminado de hablar con el Universo, Dios o quien aplicará, me suena el teléfono y era ella. Ya había hablado varias veces en la noche y nos habíamos despedido, por lo cual me resuelto raro que llamara. Fue así, sorprendida, que la atendí. Ella solamente quería consultarme si tenía planes para el sábado a la noche por que le gustaría que vayamos a cenar con sus hermanos y respectivas novias.
Es raro, yo no se lo pedí, y mi psicóloga me recomendó que dejara de ponerle presión a nuestra relación, y llega esto, donde las familias cada día se involucran más. A saber: viernes a la tarde, Liz se esguinza, yo estaba acompañándola a la guardia, cuando decide llamar a su padre (médico) para que la asistiera y llevara hasta la casa. En el medio del recorrido, pasamos a buscar a su madre. Encuentro familiar I. Lunes a la tarde, hablo con Liz para ir a ver como estaba ya que no había ido a trabajar, llego a su casa y su abuela con ella esperándome para mirar el partido de Brasil - Chile. Encuentro familiar II. Y ahora, el sábado nos pondremos en marcha con el tercer encuentro, el más entretenido a mi parecer.
Loco como suceden las cosas que esperamos ¿no?
qué bueno, amiga!!!!!!
ResponderEliminarespero que salga super lindo y que seas muy feliz siempre siempre!
te adoro!