
Quién podría negártelo.
El saldo de tu Debe y tu Haber era tan descomunal, a tu favor.
Vos no vas a saber nunca lo duro que es, para todos nosotros. Pero el derecho lo tenías, cómo no lo ibas a tener. Sólo que… no sé, nos hubiera gustado tanto que te quedaras un rato más.
Te lo habías ganado, ese derecho. La pucha, si no. A fuerza de arrancarnos carcajadas, te lo habías ganado. Qué cosa, ¿no?: nos hacías felices arrancándonos algo.
Te debíamos un montón, ya. Montonazo.
Algo nos habías hecho pagar, cuando escribiste aquella carta en la que nos avisabas que ya no iba a ser tu mano la que nos hiciera llegar tu bondad. Porque, no me jodás: alguien que hace reir tanto, tiene que ser bueno. Pero bueno-bueno, eh. Bueno de verdad. No hagás esa cara; no sé dónde estás, pero no hagás esa cara; fuiste bueno, y no me discutás. Aunque las primeras lágrimas las hayamos tenido que pagar con aquella carta.
Y ahora…
Ahora hay que garpar en serio. Va a costar, no encontrarte más, no es joda…
Pero igual, ¿sabés qué? Me parece que te llevás algo, en los bolsillos. Algo que es tuyo, bien ganado. El saldo sigue siendo a tu favor, Negro. Si alguien se lo merece, en este puto mundo lleno de mentiras, traiciones y promesas incumplidas, ese alguien sos vos. Quiero decir: no hay, no puede haber, no debe haber lagrimaje que pueda enjuagar tanta risa que nos regalaste.
Ahora duele un poco. Mucho, bah. Pero va a llegar el día en que pensemos en vos, otra vez sonriendo.
Un abrazo.
Ah, si lo ves al gordo Soriano, dale otro abrazo, de parte nuestra.
Nos vemos, Negro querido.
Nos vemos.
excelente post. me encanta como estás escribiendo!
ResponderEliminarotra cosa: volví a mi antiguo hogar... jeje
venía a decirte algo.
ResponderEliminary exactamente lo dijo ella.
Mierda que estás escribiendo tan bien.
en fin, triste lo sucedido. Pero que linda carta le regalaste!
Besos nena